Bien, antes de empezar a leer debéis tener en cuenta dos cosas: no soy una buena escritora, aunque me divierte mucho hacerlo, segunda, este es un fragmento suelto de una novela por escribir, así que a lo mejor os lía un poco. Dicho esto, que disfrutéis:
Ven -dijo-te voy a presentar a las mejores personas de todo el colegio-.Acto seguido tiró de mi mano y me arrastró por todo el patio sin percatarse de las inquisidoras miradas que sus compañeros posaban en nosotras…
Observé a todos ellos; ninguno parecía nada del otro mundo, ninguno me desconcertaba, todos eran «normales» (todo lo normal que puede ser una masa de individuos con distintos gustos aficiones y mentalidades). De pronto vi un rostro que me llamó la atención. Tenía unos ojos ambarinos posados en mi, pero no con la avidad de sus compañeros, sino con la curiosidad que despierta una mariposa en la ventana, o unas flores nuevas en un jarrón del dormitorio ; su pelo negro azabache estaba revuelto y rozando su campo de visión. La expresión de este fue un gran desconcierto para mí; era como si su rostro o su vida tuviesen el espacio en mi mente ocupado. Como activada por un resorte, repentinamente caí en la cuenta; era el chico del par cour, el que me había tirado al suelo. De pronto bajó la cabeza y apuntó algo en su cuaderno, al cabo de unos segundos me percaté de que no estaba escribiendo sino dibujando, y que no me estaba mirando a mi , sino efectivamente, a una mariposa que había justo detrás de mi. Me sorprendí a mi misma molestándome con el chico por no prestarme atención, sin embargo este giró los ojos hacia mi un momento y yo sin poder evitarlo contuve el aliento. Todo ello en vano, ya que el chico volvió a girar la cabeza y a mirar en otra dirección indiferentemente. Me pareció tan mal que decidí no prestarle atención y si, prestársela a mis pies que iban camino de tropezarse. Pero justo antes de girar la cabeza le leí los labios cuando le dijo a su compañero:
-No sé que miras imbécil, si ni siquiera es guapa, es más, me parece que va a ser la chica más insoportable de todo el curso.
A lo que su compañero contesto:
-Seguro, eso te parece ahora, yo creo que va a ser muy interesante conocerla- Este chico era alto, atlético, pero no culturista, tenía el pelo cobrizo y unos preciosos ojos azules acompañaban su cara adornada con una sonrisa; esta me dio un escalofrío. Definitivamente ese si que me gustaba, Redirigí mi atención a su molesto compañero. Este se disponía a abstraerse de nuevo, pero no se rendía, y antes de evadirse dijo:
– Como quieras, pero intuyo que esta no trae más que problemas, y no precisamente de los que te apetece tener, sino complicaciones tio.
Me hervía la sangre de rabia, pero no pude ir a ajustarle la cabeza, porque llegamos hasta los amigos de Charlotte, y esta comenzó las presentaciones.