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Citas de «Cien Años de Soledad» Parte I

Una obra maestra, escrita por un genio.

Hace unos meses hice un experimento con una amiga: ella se leyó este libro, subrayando sus frases favoritas, y luego me lo dejó a mí, que leí el libro con la anotaciones y añadí las mías propias. Este es el resultado: nuestras citas favoritas de Cien Años de Soledad. Como es un libro largo y lleno de frases preciosas, lo hemos dividido en dos partes (pondrás ver la segunda  AQUÍ  cuando la subamos )

¡¡AVISO SPOILERS!!

  • «Muchos años después, frente al pelotón de fusilamiento, el coronel Aureliano Buendía había de recordar aquella tarde remota en que su padre lo llevó a conocer el hielo.»
  • «El mundo era tan reciente, que muchas cosas carecían de nombre y para mencionarlas había que señalarlas con el dedo.»
  • «Toda la estructura parecía ocupar un ámbito propio, un espacio de soledad y de olvido, vedado a los vicios del tiempo y a las costumbres de los pájaros.»
  • «-Macondo está rodeado de agua por todas partes.» (José Arcadio Buendía primero)
  • «-Los muertos no salen. Lo que pasa es que no podemos con el peso de la conciencia.» (J. A.B I)
  • «-Vete al carajo. Cuantas veces regreses volveré a matarte.» (J. A. B I)
  • «Entonces se confió a aquella mano, y en un terrible estado de agotamiento se dejó llevar hasta un lugar sin formas (…), sintiendo que no podía resistir más el rubor glacial de sus riñones y el aire de sus tripas,  y el miedo, y el ansia atolondrada de huir al mismo tiempo de quedarse para siempre en aquel silencio exasperante y aquella soledad espantosa» (sobre J. A. Buendía II)
  • «Había perdido en la espera la fuerza de los muslos, la dureza de los senos, el hábito de la ternura, pero conservaba intacta la locura del corazón.» (Sobre Pilar Ternera)
  • «-Si no temes a Dios, témele a los metales.» (J. A. B I)

  • «Así continuaron viviendo en una realidad escurridiza, momentáneamente capturada por las palabras, pero que había de fugarse sin remedio cuando olvidaran los valores de la letra escrita.»(…) «Muchos sucumbieron al hechizo de una realidad imaginaria, inventada por ellos mismos, que les resultaba menos práctica pero más reconfortante.»
  • «(El gitano) Había estado en la muerte, en efecto, pero había regresado porque no pudo soportar la soledad.»
  • «(José Arcadio) pensaba que la gente se iba gastando poco a poco a medida que su imagen pasaba a las placas metálicas.»
  • «El péndulo podía levantar cualquier cosa en el aire pero no podía levantarse a sí mismo.»
  • «Suplicó tanto, que perdió la voz. Sus huesos empezaron a llenarse de ruido.» (sobre el padre Nicanor)
  • «El noviazgo se convirtió en una relación eterna, un amor de cansancio que nadie volvió a cuidar, como si los enamorados que en otros días descomponían las lámparas para besarse hubieran sido abandonados al albedrío de la muerte.»
  • «La impresionó tanto su enorme desnudez tarabisconeada, que sintió el impulso de retroceder.»?????quitar??
  • «Es la guerra. Y no me vuelva a decir Aurelito que ya soy el coronel Aureliano Buendía.»
  • «El coronel Aureliano Buendía promovió treinta y dos levantamientos y los perdió todos. Tuvo diecisiete hijos varones de diecisiete mujeres distintas, que fueron exterminados uno tras otro en una sola noche, antes de que el mayor cumpliera treinta y cinco años. Escapó a catorce atentados, a setenta y tres emboscadas y a un pelotón de fusilamiento.(..) La única herida que recibió se la produjo él mismo, después de firmas la capitulación de Neerlandia. (…) Lo único que quedó de todo eso fue una calle con su nombre en Macondo. «
  • «A pesar de que había perdido sus encantos y el esplendor de su risa, él la buscaba y la encontraba en el rastro de su olor de humo.» (Arcadio y Pilar Ternera)
  • «Nunca se había fijado en ella, porque tenía la rara virtud de no existir por completo en el momento oportuno.» (Arcadio y Santa Sofía de la Piedad)
  • «Pensaba en su gente sin sentimentalismos, en un severo ajuste de cuentas con la vida, empezando a comprender cuánto quería en realidad a las personas que más había odiado.» (Arcadio)

  • «En la escuela desportillada donde experimentó por primera vez la seguridad del poder, a pocos metros del cuarto donde conoció la incertidumbre del amor, Arcadio encontró ridículo el formalismo de la muerte. En realidad no le importaba la muerte sino la vida, y por eso la sensación que experimentó cuando pronunciaron la sentencia no fue una sensación de miedo sino de nostalgia»
  • «No sintió miedo, ni nostalgia, sino una rabia intestinal ante la idea de que aquella muerte artificiosa no le permitiría conocer el final de tantas cosas que dejaba sin terminar.» (coronel Aureliano B.)
  • «No había pedido café, pero ya que estaba allí, el coronel se lo tomó.»
  • «Úrsula se lo disputó a la muerte.»
  • «Entonces sus pensamientos se hicieron tan claros, que pudo examinarlos al derecho y al revés.»
  • «Por esa época murió Visitación. Se dio el gusto de morirse de muerte natural, después de haber renunciado a un trono por temor al insomnio.»
  • «Había huido de ella tratando de aniquilar su recuerdo no solo con la distancia, sino con un encarnizamiento aturdido que sus compañeros de armas calificaban de temeridad, pero mientras más revolcaba su imagen en el muladar de la guerra, más la guerra se parecía a Amaranta. Así padeció el exilio, buscando la manera de matarla con su propia muerte.»
  • «Había encontrado la paz en aquella casa donde los recuerdos se materializaron por la fuerza de la evocación implacable, y se paseaban como seres humanos por los cuartos clausurados.»  (Rebeca)
  • «-Recuerda, compadre, que no te fusilo yo. Te fusila la revolución.» (coronel Aureliano B.)
  • «-Aureliano, está lloviendo en Macondo.

-No seas pendejo, Gerineldo- dijeron los signos- Es natural que esté lloviendo en agosto.»

  • «Solo él sabía entonces que su aturdido corazón estaba destinado a la incertidumbre.» (coronel Aureliano B.)
  • «Extraviado en la soledad de su inmenso poder, empezó a perder el mundo.» (coronel A. B.)
  • «Y la normalidad era precisamente lo más espantoso de aquella guerra infinita: que no pasaba nada.»
  • «Había tenido que promover treinta y dos guerras, y había tenido que violar todos sus pactos con la muerte y revolcarse como un cerdo en el muladar de la gloria, para descubrir con casi cuarenta años de retraso los privilegios de la simplicidad.» (coronel A. B.)
  • «Pensó confusamente, al fin capturado en una trampa de la nostalgia, que tal vez se hubiera casado con ella hubiera sido un hombre sin guerra y sin gloria, un artesano sin nombre, un animal feliz» (coronel A. B.)

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¡Nos leeremos!

B .

 

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