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Citas. «Cien Años de Soledad» Parte II

Aquí va la segunda parte de frases de Cien Años de Soledad (podéis ver la primera AQUÍ)

¡¡Aviso spoilers!!

 

  • «Años después, en su lecho de agonía, Aureliano Segundo había de recordar la lluviosa tarde de junio en que entró en el dormitorio a conocer a su primer hijo.»
  • «-Lo que pasa es que el mundo se va acabando poco a poco y ya no vienen esas cosas.»(Úrsula)
  • «Las letras parecían ropa puesta a secar en un alambre.»
  • «Se impresionó tanto, que desde entonces detestó las prácticas militares y la guerra, no por las ejecuciones sino por la espantosa costumbre de enterrar vivos a los fusilados» (José Arcadio Segundo)
  • «-Fíjate qué simple es. Dice que se está muriendo por mí, como si yo fuera un cólico miserere.» (Remedios la bella)
  • «Amaranta pensaba en Rebeca, porque la soledad había seleccionado los recuerdos y había incinerado los entorpecedores montones de basura nostálgica que la vida había acumulado en su corazón, y había purificado, magnificado y eternizado los otros, los más amargos.»
  • «Rebeca, que había necesitado muchos años de sufrimiento y miseria para conquistar los privilegios de la soledad, y no estaba dispuesta a renunciar a ellos a cambio de una vejez perturbada por los falsos encantos de la misericordia.»

  • «Úrsula confirmó su impresión de que el tiempo estaba dando vueltas en redondo.»
  • «-Ahí viene, un asunto espantoso como una cocina arrastrando un pueblo.» (Mujer anónima)
  • «Era como si Dios hubiera resuelto poner a prueba tosa su capacidad de asombro, y mantuviera a los habitantes de Macondo en un permanente vaivén entre el alborozo y el desencanto, la duda y la revelación, hasta el extremo de que ya nadie podía saber a ciencia cierta dónde estaban los límites de la realidad.»
  • «El sector estaba cercado por una malla metálica, como un gigantesco gallinero electrificado que en los frescos meses del verano amanecía lleno de golondrinas achicharradas.»
  • «Los habitantes de Macondo se levantaban temprano a conocer su propio pueblo.»
  • «Tal vez, no solo para rendirla sino para conquistar sus peligros, habría bastado con un sentimiento tan primitivo y simple como el amor, pero eso fue lo único que no se le ocurrió a nadie.» (Remedios la bella)
  • «-Este es un régimen de pobres diablos- comentaba el coronel Aureliano Buendía cuando veía pasar a los policías descalzos armados de bolillos de palo- Hicimos tantas guerras, y todo para que no nos pintaran la casa de azul.»
  • «En el curso de esa semana, por distintos lugares del litoral, sus diecisiete hijos fueron cazados como conejos por criminales invisibles que apuntaron al centro de sus cruces de ceniza.»
  • «-Dígale que uno no se muere cuando quiere, sino cuando puede.» (coronel A. B.)
  • «Los otros, los más dignos, todavía esperan una carta en la penumbra de la caridad pública, muriéndose de hambre, sobreviviendo de rabia, pudriéndose de viejos en la exquisita mierda de la gloria.»
  • «La búsqueda de las cosas perdidas está entorpecida por los hábitos rutinarios, y es por eso que cuesta tanto trabajo encontrarlas.»
  • «Ambas acciones habían sido una lucha a muerte entre un amor sin medidas y una cobardía invencible, y había triunfado finalmente el miedo irracional que Amaranta le tuvo siempre a su propio y atormentado corazón.»
  • «Era lineal, solemne y tenía un estar pensativo, y una tristeza de sarraceno, y un resplandor lúgubre en el rostro color de otoño» (sobre José Arcadio Segundo)
  • «Se endureció cada vez más desde que el coronel Gerineldo Márquez se negó a secundarlo en una guerra senil»
  • «Había llegado a la vejez con todas sus nostalgias vivas» (Amaranta) 
  • «Meme sintió el peso de su mano en la rodilla y supo que ambos llegaban en aquel instante al otro lado del desamparo» (Meme y Mauricio) 
  • «Murió de viejo en la soledad, sin un quejido, sin una protesta, sin una sola tentaiva de infidencia, atormentado por los recuerdos y por las mariposas amarillas que no le concedieron un instante de paz, y públicamente repudiado como un ladrón de gallinas» (Mauricio)
  • «Eran todos idénticos, hijos de la misma madre, y todos soportaban con igual estolidez el peso de los morrales y las cantimploras, y la vergüenza de los fusiles con las bayonetas caladas, y el incordio de la obediencia ciega y el sentido del honor»

 

  • «Al cerrarse la puerta, José Arcadio Segundo tuvo la certidumbre de que su guerra había terminado.»
  • «No entendía que hubiera necesitado tantas palabras para describir lo que se sentía en la guerra si con una sola bastaba: miedo»
  • «Acostumbrado al ruido de la lluvia, que a los dos meses se convirtió en una forma nueva  del silencio»
  • «sintiendo transcurrir un tiempo entero, un tiempo sin desbravar, porque era inútil dividirlo en meses y años, y los días en horas, cuando no podía hacerse nada más que contemplar la lluvia.»
  • «-Qué quería-murmuró- el tiempo pasa.

-Así es- dijo Úrsula- pero no tanto. »

  • «Se estremeció con la comprobación de que el tiempo no pasaba, como ella acababa de admitir, sino que daba vueltas en redondo.»
  • «Buscando el interés encontró el amor, porque tratando de que ella lo quisiera terminó por quererla.»
  • «Comprendieron que José Arcadio Buendía no estaba tan loco como contaba la familia, sino que había dispuesto de bastante lucidez como para vislumbrar la verdad de que también el tiempo sufría tropiezos  y accidentes, y podía por tanto astillarse y dejar en un cuarto una fracción eternizada.»
  • «Aureliano y Fernanda no compartieron la soledad, sino que siguieron viviendo cada una en la suya.»
  • «Su corazón de ceniza apelmazada, que había resistido sin quebrantos a los golpes más certeros de la realidad cotidiana, se desmoronó a los primeros embates de la nostalgia.»
  • «No se le había ocurrido pensar hasta entonces que la literatura fuera el mejor juguete que se había inventado para burlarse de la gente.»
  • «De modo que Aureliano y Gabriel estaban vinculados por una especie de complicidad, fundada en hechos reales en los que nadie creía, y que había afectado a sus vidas hasta el punto de que ambos se encontraban a ña deriva en la resaca de un mundo acabado, del cuál solo quedaba la nostalgia.»
  • «El mundo habrá acabado de joderse el día en que los hombres viajen en primera clase y la literatura en el vagón de carga.»
  • «Y que en cualquier lugar que estuvieran recordaran siempre que el pasado era mentira, que la memoria no tenía caminos de regreso, que toda primavera antigua era irrecuperable y que el amor más desatinado y tenaz era de todos modos una verdad efímera»
  • «Era lo último que iba quedando de un pasado cuyo aniquilamiento no se consuma, porque seguía aniquilándose indefinidamente, consumiéndose dentro de sí mismo, acabándose a cada minuto pero sin acabar de acabarse jamás»
  • «Recluidos por la soledad y el amor y por la soledad del amor» (Aureliano y Amaranta Úrsula)
  • «Habían seguido aprovechando los escasos descuidos del esposo, amándose con ardores amordazados en encuentros azarosos y casi siempre interrumpidos por regresos imprevistos» (A y A. U. )
  • «Aureliano se acostumbró a pensar en ellos como Amaranta Úrsula pensaba en su marido, y ambos quedaron flotando en un universo vacío, donde la única realidad cotidiana y eterna era el amor.»

 

  • «A veces permanecían en silencio hasta el anochecer, el uno frente a la otra, mirándose a los ojos, amándose en el sosiego con tanto amor como antes se amaron en el escándalo» (A. y A. U.) 

 

  • «Los amantes solitarios navegaban contra la corriente de aquellos tiempos de postimerías, tiempos  impertinentes y aciagos, que se desgastaban en el empeño inútil de hacerlos derivar hacia el desierto del desencanto y el olvido.»
  • «Entonces aprendieron que las obsesiones dominantes prevalecen contra la muerte, y volvieron a ser felices con la certidumbre de que ellos seguirían amándose con sus naturalezas de aparecidos, mucho después de que las otras especies de animales futuros les arrebataran a los insectos del paraíso de miseria que los insectos estaban acabando de arrebatarles a los hombres.»
  • «Ella se iba haciendo menos visible, como si la estuvieran borrando de la luz» (Amaranta) 
  • «Lloró con la frente apoyada en la puerta de la antigua librería del sabio catalán consciente de que estaba pagando los llantos atrasados de una muerte que no quiso llorar a tiempo para no romper los hechizos del amor» (Aureliano Babilonia) 
  • «En aquel relámpago de lucidez tuvo conciencia de que era incapaz de resistir sobre su alma el peso abrumador de tanto pasado» (A.) 
  • «porque las estirpes condenadas a cien años de soledad no tenían una segunda oportunidad sobre la tierra»

Esperamos que os hayan gustado.

Dejadnos abajo vuestras favoritas

¡Nos leeremos!

B.

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Citas de «Cien Años de Soledad» Parte I

Una obra maestra, escrita por un genio.

Hace unos meses hice un experimento con una amiga: ella se leyó este libro, subrayando sus frases favoritas, y luego me lo dejó a mí, que leí el libro con la anotaciones y añadí las mías propias. Este es el resultado: nuestras citas favoritas de Cien Años de Soledad. Como es un libro largo y lleno de frases preciosas, lo hemos dividido en dos partes (pondrás ver la segunda  AQUÍ  cuando la subamos )

¡¡AVISO SPOILERS!!

  • «Muchos años después, frente al pelotón de fusilamiento, el coronel Aureliano Buendía había de recordar aquella tarde remota en que su padre lo llevó a conocer el hielo.»
  • «El mundo era tan reciente, que muchas cosas carecían de nombre y para mencionarlas había que señalarlas con el dedo.»
  • «Toda la estructura parecía ocupar un ámbito propio, un espacio de soledad y de olvido, vedado a los vicios del tiempo y a las costumbres de los pájaros.»
  • «-Macondo está rodeado de agua por todas partes.» (José Arcadio Buendía primero)
  • «-Los muertos no salen. Lo que pasa es que no podemos con el peso de la conciencia.» (J. A.B I)
  • «-Vete al carajo. Cuantas veces regreses volveré a matarte.» (J. A. B I)
  • «Entonces se confió a aquella mano, y en un terrible estado de agotamiento se dejó llevar hasta un lugar sin formas (…), sintiendo que no podía resistir más el rubor glacial de sus riñones y el aire de sus tripas,  y el miedo, y el ansia atolondrada de huir al mismo tiempo de quedarse para siempre en aquel silencio exasperante y aquella soledad espantosa» (sobre J. A. Buendía II)
  • «Había perdido en la espera la fuerza de los muslos, la dureza de los senos, el hábito de la ternura, pero conservaba intacta la locura del corazón.» (Sobre Pilar Ternera)
  • «-Si no temes a Dios, témele a los metales.» (J. A. B I)

  • «Así continuaron viviendo en una realidad escurridiza, momentáneamente capturada por las palabras, pero que había de fugarse sin remedio cuando olvidaran los valores de la letra escrita.»(…) «Muchos sucumbieron al hechizo de una realidad imaginaria, inventada por ellos mismos, que les resultaba menos práctica pero más reconfortante.»
  • «(El gitano) Había estado en la muerte, en efecto, pero había regresado porque no pudo soportar la soledad.»
  • «(José Arcadio) pensaba que la gente se iba gastando poco a poco a medida que su imagen pasaba a las placas metálicas.»
  • «El péndulo podía levantar cualquier cosa en el aire pero no podía levantarse a sí mismo.»
  • «Suplicó tanto, que perdió la voz. Sus huesos empezaron a llenarse de ruido.» (sobre el padre Nicanor)
  • «El noviazgo se convirtió en una relación eterna, un amor de cansancio que nadie volvió a cuidar, como si los enamorados que en otros días descomponían las lámparas para besarse hubieran sido abandonados al albedrío de la muerte.»
  • «La impresionó tanto su enorme desnudez tarabisconeada, que sintió el impulso de retroceder.»?????quitar??
  • «Es la guerra. Y no me vuelva a decir Aurelito que ya soy el coronel Aureliano Buendía.»
  • «El coronel Aureliano Buendía promovió treinta y dos levantamientos y los perdió todos. Tuvo diecisiete hijos varones de diecisiete mujeres distintas, que fueron exterminados uno tras otro en una sola noche, antes de que el mayor cumpliera treinta y cinco años. Escapó a catorce atentados, a setenta y tres emboscadas y a un pelotón de fusilamiento.(..) La única herida que recibió se la produjo él mismo, después de firmas la capitulación de Neerlandia. (…) Lo único que quedó de todo eso fue una calle con su nombre en Macondo. «
  • «A pesar de que había perdido sus encantos y el esplendor de su risa, él la buscaba y la encontraba en el rastro de su olor de humo.» (Arcadio y Pilar Ternera)
  • «Nunca se había fijado en ella, porque tenía la rara virtud de no existir por completo en el momento oportuno.» (Arcadio y Santa Sofía de la Piedad)
  • «Pensaba en su gente sin sentimentalismos, en un severo ajuste de cuentas con la vida, empezando a comprender cuánto quería en realidad a las personas que más había odiado.» (Arcadio)

  • «En la escuela desportillada donde experimentó por primera vez la seguridad del poder, a pocos metros del cuarto donde conoció la incertidumbre del amor, Arcadio encontró ridículo el formalismo de la muerte. En realidad no le importaba la muerte sino la vida, y por eso la sensación que experimentó cuando pronunciaron la sentencia no fue una sensación de miedo sino de nostalgia»
  • «No sintió miedo, ni nostalgia, sino una rabia intestinal ante la idea de que aquella muerte artificiosa no le permitiría conocer el final de tantas cosas que dejaba sin terminar.» (coronel Aureliano B.)
  • «No había pedido café, pero ya que estaba allí, el coronel se lo tomó.»
  • «Úrsula se lo disputó a la muerte.»
  • «Entonces sus pensamientos se hicieron tan claros, que pudo examinarlos al derecho y al revés.»
  • «Por esa época murió Visitación. Se dio el gusto de morirse de muerte natural, después de haber renunciado a un trono por temor al insomnio.»
  • «Había huido de ella tratando de aniquilar su recuerdo no solo con la distancia, sino con un encarnizamiento aturdido que sus compañeros de armas calificaban de temeridad, pero mientras más revolcaba su imagen en el muladar de la guerra, más la guerra se parecía a Amaranta. Así padeció el exilio, buscando la manera de matarla con su propia muerte.»
  • «Había encontrado la paz en aquella casa donde los recuerdos se materializaron por la fuerza de la evocación implacable, y se paseaban como seres humanos por los cuartos clausurados.»  (Rebeca)
  • «-Recuerda, compadre, que no te fusilo yo. Te fusila la revolución.» (coronel Aureliano B.)
  • «-Aureliano, está lloviendo en Macondo.

-No seas pendejo, Gerineldo- dijeron los signos- Es natural que esté lloviendo en agosto.»

  • «Solo él sabía entonces que su aturdido corazón estaba destinado a la incertidumbre.» (coronel Aureliano B.)
  • «Extraviado en la soledad de su inmenso poder, empezó a perder el mundo.» (coronel A. B.)
  • «Y la normalidad era precisamente lo más espantoso de aquella guerra infinita: que no pasaba nada.»
  • «Había tenido que promover treinta y dos guerras, y había tenido que violar todos sus pactos con la muerte y revolcarse como un cerdo en el muladar de la gloria, para descubrir con casi cuarenta años de retraso los privilegios de la simplicidad.» (coronel A. B.)
  • «Pensó confusamente, al fin capturado en una trampa de la nostalgia, que tal vez se hubiera casado con ella hubiera sido un hombre sin guerra y sin gloria, un artesano sin nombre, un animal feliz» (coronel A. B.)

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¡Nos leeremos!

B .

 

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